Sin darnos cuenta

La vida pasa Sin darnos cuenta. También para la Gente cuántica

¡Veinte años ya!, veinte años casados. Amparo y yo. Yo y Amparo… Honestamente, ahora debería admitir que todos estos años no han sido lo que yo esperaba. ¡Lo que ambos esperábamos! supongo… Aunque imagino que, en realidad, nunca lo es ¿verdad? Bueno… aquí seguimos, que no es poco hoy por hoy. Algunos días son pasables y el resto monótonos clones de veinticuatro horas en 3D. Mi vida es como esos malos animes japoneses en los que cambian de fotograma cada cuatro segundos. Durante ese intervalo, en esos cuatro segundos, os han lanzado a los ojos cien fotogramas iguales y uno un poco distinto… Pues a mí la vida me hace lo mismo. La muy puta me tira días iguales de cien en cien. Aunque también pudieran ser cosas de la edad (¡Qué puta también!) la que me anima a darle más y más vueltas a las cosas y desde hace tiempo me castiga con ficticios recuerdos de otras vidas posibles. Sueños pasados de futuros nonatos por decisiones equivocadas. El eterno ‘que hubiese pasado si…’

Si hubiese hecho aquel viaje o rechazado aquel trabajo… comprado aquella casa o ayudado a aquella persona. Si le hubiera dicho que no a mi jefe o que a Sandra… Sandra, la pequeña Sandrita, …

En realidad apenas recuerdo su cara, ¿por qué últimamente no me quito a Sandra de la cabeza? No lo sé, es enfermizo. Un fractal de recuerdos recursivos me sumerge en su voz, me arrastra por su risa, por su pelo y sus besos, por las caricias de sus manos… y no puedo dejar de pensar en como sería hoy mi vida con ella si le hubiera dicho…

-¡Holaaaaa! ¿Estás en casa?
-¿Amparo?
-¡Ah! Estás aquí…
-¿San…dra…?
-¿Me lo estas preguntando? ¿En serio? ¿Y puede saberse quién es Amparo?
-¿Am…paro? Es….. Pues… no sé… no es nadie, solo… me ha venido… a la cabeza…
-¿Tu estás bien? ¿Me tomas el pelo?
-¿Qué… qué quieres decir?
-Perdona, ¿Como qué que quiero decir? A ver: yo entro en casa y te llamo, tu oyes una voz de mujer y gritas Amparo, y ¿he de creer que solo es un nombre que te ha venido a la cabeza? ¿qué no es nada?
-Pues… errr… ¿Siií…?
-Vale, tú te has pensado que yo soy imbécil ¿verdad?
-Ya estamos… otra vez… No creo que seas imbécil, pero ¿por qué no me crees cuando te digo que ha sido… no se… un lápsus? no conozco a ninguna Amparo…
-Mira, ¡¡vete a la mierda!!

¡Joder! que rebote se ha cogido la tía, pero si es verdad que no se quién coño es Amparo… ¿De donde me he sacado yo ese nombre…? ¡Anda y que te den Sandrita! Pero que aburrido estoy ya de estas movidas cotidianas… Cualquiera de estos días no va a ser un día cualquiera.

¡Veinte años ya…! y casi diecinueve aguantando malas caras…  y….

¡¡Hostia puta!! ¡Amparo! ¡Claro! ¡Amparito! Pero si fue hace un siglo… ¿por qué me ha venido ahora su nombre a la cabeza? Salí con Amparo… y con Sandra… ¡A la vez! ¡Sí, lo recuerdo! Madre mía… Hace ya veinte años de aquello… También recuerdo que la hice daño y que durante un tiempo pensé mucho en ella, en si me equivoqué, en si deberíamos haber seguido un poco más. Éramos unos críos. Ahora veo que lo de Sandra fue un error…

Me pregunto: ¿como sería ahora mi vida de haber continuado con Amparo…?

 

Bienvenido nanolector !!! ¿que te cuentas hoy?

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